lunes, 29 de octubre de 2012

HISTORIA DE LA MUSICA Y DE LA DANZA. TEMA 4

 LA MÚSICA INSTRUMENTAL EN EL CLASICISMO LA FORMA SONATA. EL CUARTETO DE CUERDA, LA SINFONÍA  CLÁSICA.
   

http://www.slideshare.net/ICHGROLLENICHT/musica-en-el-clasicismo-1255393


El Clasicismo se da en la segunda mitad del siglo XVIII. En un principio cabría decir que es la época de la vuelta a lo clásico; por ello, la música de este período va a ser equilibrada, proporcionada, sencilla... y llena a veces de finalidad educativa. No en vano en esta época de oposición al Barroco se da la Ilustración, que defiende el uso de la razón como herramienta para comprender y transformar el mundo: Montesquieu, Voltaire, Diderot, Rousseau...  Todo este espíritu va a llevar a una ruptura con el antiguo orden social creándose un nuevo concepto de la dignidad, libertad y felicidad del hombre; así por ejemplo encontramos:
 . la declaración de los derechos humanos (EEUU 1776)
 . la ruptura con la vieja sociedad estamental en la Revolución francesa (1789)
 . la abolición de la esclavitud; llamamiento a la tolerancia religiosa y una cada vez mayor secularización.
En lugar de la cultura cortesana, con sus centros en la iglesia y en los palacios, cobra un auge cada vez mayor la cultura burguesa en las casas privadas, salones y cafés. La fe en la capacidad intelectual del hombre trae consigo un optimismo en el progreso. Contra el modo de vida barroco, lleno de pompa (demostración de lujo y poder), dramatismo, ceremonial y artificio, se manifiesta el anhelo de lo sencillo y natural. Por naturaleza se entiende aún la antigüedad, pues se pensaba que en ella se habían hecho realidad todos los ideales humanistas.
Rousseau predica el primitivo estado de felicidad de la humanidad en libertad y virtud.
El pueblo es ensalzado por sus formas de vida sencillas. La educación se convierte en uno de los temas principales de la segunda mitad del XVIII. Aparecen novelas didácticas, tratados de todo tipo (también musicales). La enciclopedia

El Despotismo Ilustrado, en el contexto del cual surge el famoso lema de “todo para el pueblo pero sin el pueblo”, será la manifestación política de una monarquía que se adapta a los nuevos tiempos, apoyándose, cada vez más, en la burguesía.  Política y socialmente, significa el desplazamiento de la aristocracia por la burguesía, cuyo ascenso culminaría en la Revolución Francesa (1789) y sus ideales de “libertad, igualdad y fraternidad”.
Un nuevo público, mucho más amplio, va a llegar parejo a la transformación social del músico en artista liberal.

Características musicales

La fecha inicial del período se suele situar alrededor de 1770, cuando Haydn llega a su madurez creativa, y su final hacia 1820, con las últimas obras de Beethoven que falleció en 1827. Con anterioridad existen estilos determinantes de la transición desde el barroco al clasicismo, los más importantes son el estilo galante con centro en Paris, hacia 1760 y el "sturm und drag" (tormenta y tempestad) de Berlín.
Musicalmente, el Clasicismo, es época de cambios: el Bajo Continuo tiende a caer en favor de los acompañamientos totalmente escritos por el compositor al mismo tiempo que desaparece el clave.
Se usa el bajo Alberti para acompañar, que consiste en arpegiar el acorde, es decir dividirlo en sus notas componentes que se repiten regularmente.
Aparece el piano, llamado pianoforte en esta época.
El lenguaje es plenamente tonal y ya existe una jerarquía tonal con la importancia de la I (tónica), V (dominante) y IV (subdominante). Éste lenguaje emplea el relleno armónico para enfatizar las tonalidades con escalas, arpegios, etc.
Las melodías se van deshaciendo de adornos (se busca la sencillez) y buscando estructuras más simétricas, las texturas se hacen menos contrapuntísticas (predomina la homofonía) y los ritmos menos contrastantes.
Se busca la perfección formal y desaparece el dramatismo barroco.
Se van dando nuevas formas instrumentales, a la vez que van desapareciendo poco a poco algunas de las anteriores como la suite, el concerto grosso, la tocata... Nace entonces la nueva forma sonata que es un esquema que se da en las obras musicales del clasicismo, sobre todo en los primeros movimientos (Los antecedentes hay que buscarlos en Johan Christian Bach, inventor en Londres de la sonata bitemática). La forma de sonata contrasta con los primeros movimientos simples (estructuralmente hablando) del barroco; es una estructura ternaria que sigue el esquema A B A.  Consiste en una exposición en la que, a veces, tras una introducción,  se presentan dos temas más o menos contrastantes (A y B) enlazados por un puente. La exposición suele acabar con una coda que da paso al desarrollo. El desarrollo de los temas, que es la parte más libre, y una reexposición al final, que vuelve a hacer sonar los temas anteriores, y que suele concluir con una coda no obligatoria. Se podría comparar la forma de sonata con la estructura narrativa (exposición-nudo-desenlace).
Hay que recordar que la sonata es a la vez una forma musical, muy cultivada en esta época, al igual que en la anterior, el Barroco, que es cuando había surgido. Y conviene evitar la confusión: la sonata es una forma musical en varios movimientos (cuatro), el primero de los cuales suele presentar el esquema forma de sonata.
En este ambiente surge también el cuarteto de cuerda. Aunque tiene interesantes antecedentes barrocos, es sobre todo una forma del Clasicismo y, en segundo término, del Romanticismo; la formación del cuarteto de cuerda consiste en dos violines una viola y un violonchelo, aunque admite diversas variantesEstructuralmente, una obra para cuarteto de cuerda es similar a la sonata y a la sinfonía, es decir, suele constar de 4 movimientos: el primero, un allegro en forma de sonata, el segundo un andante, que puede ser un tema con variaciones o presentar una estructura ternaria, el tercero un movimiento lento o un minueto y el cuarto un finale, que a veces presenta forma de rondó. Suele decirse que los cuartetos no de cuerda siguen los modelos de los de cuerda, en cuya composición han destacado: Haydn y Mozart en el clasicismo, Schubert en el romanticismo y Beethoven en la transición de uno a otro período.
Y surge una forma de composición grandiosa que pervivirá para el resto de las épocas: la sinfonía clásica, que es como una gran sonata para orquesta; sigue la estructura de movimientos de la forma mayor sonata comentada anteriormente, aunque suele ser un poco más compleja. La sinfonía surge cuando Johann Stamitz aplicó el esquema forma de sonata al formato de la obertura de ópera italiana (allegro-lento-allegro). También fue Stamitz quien estableció la primera orquesta sinfónica clásica. Estaba formada por unos cuarenta instrumentistas. La ciudad de Mannheim (Alemania) será el centro del nuevo mundo sinfónico durante las tres primeras décadas de la segunda mitad del XVIII. En otros lugares se usaban orquestas más pequeñas de unos veinticinco o treinta músicos: unos quince instrumentistas de cuerda, cinco o seis de viento madera (flautas, oboes y clarinetes), dos trompas y, en ocasiones, trompetas y timbales. La orquesta clásica a la vez que pierde el clave gana dos clarinetes y dos trompas. El director ya no toca ningún instrumento y pasa a ocupar un puesto delante de la orquesta de espaldas al público.
La sinfonía llega a su cumbre con Haydn, al que se le considera padre de la sinfonía. Compuso 104 sinfonías, muchas de ellas conocidas por su sobrenombre: militar, Oxford, De los niños, De los adioses, Del reloj, De la sorpresa…
Las mejores sinfonías son sin duda las de Mozart, que compuso 41. También, como en el caso de Haydn, muchas son conocidas por sus sobrenombres: Haffner, Linz, Praga, Júpiter...  Como toda la música de Mozart, también sus sinfonías rebosan naturalidad y una mezcla de gracia y profundidad que no se ha igualado nunca. Afirmaba: “no sé de dónde ni cómo me llegan las ideas; en ocasiones fluyen abundantes y mejor cuando viajo en coche, paseando o cuando no puedo dormir”.
Beethoven marca una transición hacia el Romanticismo. Sus dos primeras sinfonías son de corte más clásico y la Novena es plenamente romántica. La otras seis marcan la transición del estilo clásico al romántico.
El Clasicismo significa equilibrio, proporción y armonía, es decir, características opuestas al Barroco. Además de la oposición al Barroco, musicalmente, el Clasicismo tiende a la objetividad y a un equilibrio entre forma y expresión que encontramos roto a menudo también en la estética siguiente, el Romanticismo.
El trinomio Haydn, Mozart y Beethoven formará la llamada “Escuela del clasicismo vienés” abarcando toda la historia del período a la vez que constituye su cumbre.


Franz Joseph Haydn

Nació el 31 de marzo de 1732 en la localidad austríaca de Rohrau; en su familia no había antecedentes musicales: su padre y su abuelo fueron fabricantes de
carros. Se inició en la música como niño de coro, lo cual era habitual en la época. La carrera profesional de Haydn es muy representativa del gran cambio social
que sufre la música a lo largo del siglo XVIII: comenzó trabajando al servicio de
diversos nobles, principalmente la familia Esterházy, con la que permaneció casi
treinta años; fue poco a poco estableciendo contacto con editores de diversos países
europeos que publicaron algunas de sus obras; finalmente compuso con destino a
conciertos públicos y alcanzó una gran fama internacional. Murió en Viena el 31 de
mayo de 1809.
Haydn desempeñó un papel fundamental en la consolidación del estilo clásico,
sobre todo en algunos géneros, como la sinfonía y el cuarteto de cuerda, a los que
dio forma definitiva; compuso 104 sinfonías y 68 cuartetos. También escribió 47
sonatas para tecla. Su música vocal incluye 15 óperas, 12 misas y dos grandes
oratorios profanos, La creación y Las estaciones.

 Wolfgang Amadeus Mozart

A diferencia de Haydn, Mozart nació (el 27 de enero de 1756) en una familia
dedicada a la música: su padre estaba al servicio del príncipe arzobispo de Salzburgo como violinista y compositor; Wolfgang y su hermana Nannerl destacaron desde
muy niños en la interpretación musical, realizando varias giras europeas organizadas por el padre. También comenzó a componer siendo aún niño. Estuvo al servicio
del príncipe arzobispo, al igual que su padre, pero fue expulsado en 1781, estableciéndose entonces en Viena, donde hizo amistad con Haydn y donde se convirtió en
un compositor famoso y controvertido, alternando éxitos y fracasos. Murió allí el 5
de diciembre de 1791, poco antes de cumplir los 36 años.
Su obra comprende 55 sinfonías (no todas publicadas en vida); 23 conciertos para piano y 15 más para diversos instrumentos; 26 cuartetos; 19 sonatas para piano;
20 óperas, 17 misas y el Requiem; y muchas otras obras vocales e instrumentales
de todos los géneros.

Ludwig van Beethoven

El más joven de los grandes compositores clásicos nació en Bonn, en Alemania,
el 17 de diciembre de 1770; no era, pues, austríaco como Haydn y Mozart, aunque
se estableció en Viena en 1792 y permaneció allí el resto de su vida; de ahí que
se hable de «clasicismo vienés» para referirse al estilo consolidado por estos tres
compositores. Beethoven no estuvo nunca al servicio de aristócratas y trabajó como
músico independiente, aunque gestionando de forma provechosa los nuevos sistemas de mecenazgo que surgieron tras la desaparición del Antiguo Régimen. Su
personalidad y su creación artística estuvieron marcadas por la progresiva sordera
que sufrió desde joven y que terminó siendo absoluta en su madurez. Murió el 26
de marzo de 1827, convertido ya en un mito.
En su obra llevó el estilo clásico a su máximo desarrollo y puso las bases del
futuro estilo romántico. Compuso 9 sinfonías (de extensión mucho mayor que las
de sus antecesores); 5 conciertos para piano, uno para violín y otro triple (violín,
violonchelo y piano); 16 cuartetos; 10 sonatas para violín y piano, 5 para violonchelo
y piano y 32 para piano solo; en el género vocal compuso una sola ópera, Fidelio y
varias misas, entre ellas la Missa Solemnis, aparte de muchas otras obras.


En España destacaron BoccheriniJuan Crisóstomo Arriaga ("El Mozart español") que sólo vivió veinte años pero dejó tres cuartetos, una sinfonía y una ópera. Otro gran compositor de óperas que triunfó en toda Europa fué Vicente Martín y Soler.

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