domingo, 6 de enero de 2013

Análisis "La donna e mobile"

ANÁLISIS DE “LA DONNA E MOBILE” DEL TERCER ACTO
DE “RIGOLETTO”

RITMO
Se trata de un ritmo ternario, muy marcado en compás de tres por
ocho, cuya unidad es la corchea. La indicación de tempo, Allegretto,
y la cifra de metrónomo establecen una velocidad moderadamente
rápida.
La célula rítmica que sirve de motor a toda la pieza consta de dos
compases (en el primero, tres corcheas y en el segundo, semicorchea
con puntillo, fusa y negra). El ritmo del acompañamiento es el propio
de un vals, con la parte fuerte en los instrumentos graves y las dos
débiles en violines, violas y trompas.

MELODÍA
La melodía es perfectamente regular y simétrica. Consta de dieciséis
compases, de los cuales, la primera mitad se repite, con diferente
texto, antes de pasar a la segunda.
A su vez, los ocho compases de cada mitad, se distribuyen en
períodos de cuatro y subperíodos de dos, y la melodía completa se
genera por la expansión de una célula inicial de dos compases.
Desde el punto de vista de la dinámica se establece un contraste entre
los cuatro primeros compases, enérgicos, en staccato, y los cuatro
segundos, en piano y ligados.
Durante los ocho compases de la primera parte, no se abandona ni
por un momento la tonalidad principal (Si Mayor). Después, aparece
una secuencia modulante en sentido ascendente que, no obstante,
desemboca pronto nuevamente en Si Mayor, tonalidad que
se afirma reiteradamente con una serie de cadencias perfectas.
La melodía presenta un carácter ligero y brillante, como conviene a la
psicología del personaje, joven desenvuelto, elegante y seductor. Por
otro lado, muestra un sello inconfundiblemente italiano, casi de
canción napolitana.

TEXTURA
Se trata de una melodía acompañada, ejemplo claro de textura
homofónica.
Salvo en la introducción y en los sucesivos ritornelli, la melodía se
confía por completo a la voz, limitándose la orquesta a servir de
apoyo armónico y rítmico y a adornar con tresillos el fiato de cuatro
compases que el cantante realiza al final de cada sección. Es el tipo
de textura característico del bel canto.

TIMBRE
La voz del tenor es aquí la protagonista indiscutible. Se trata de un
tenor lírico, de pecho, al que la partitura exige tanto un fraseo elegante
y expresivo como una técnica depurada, que le permita salir airoso de
dificultades tales como los prolongados fiati o la difícil entonación de
los mordentes.
La orquestación, aunque no sobrepasa nunca su papel de
acompañamiento (el tradicional gran chitarrone de la ópera italiana)
contribuye a realzar con su colorido brillante el carácter frívolo y
encantador del personaje. Incluso se añade un ottavino o flautín con
este evidente propósito. Los restantes instrumentos son los habituales
en la orquesta romántica. En la introducción, el tema principal es
presentado por los siguientes instrumentos, tocando al unísono o en
octavas paralelas: dos flautas, el ya mencionado piccolo, el primer
oboe, el primer clarinete, el primer fagot, los primeros violines en
divisi y los violonchelos. El acento fuerte del acompañamiento en
forma de vals lo realizan el segundo fagot, timbales y contrabajos, en
tanto que los dos débiles se encomiendan a las cuatro trompas,
segundos violines y violas (estos dos últimos grupos también en
divisi). Cuando entra la voz, se acompaña sólo por las cuerdas,
pasando los violonchelos a reforzar a los contrabajos en los acentos
fuertes y limitándose los primeros violines a doblar la parte vocal en la
segunda mitad (ligado y pianísimo) de la primera parte y en toda la
segunda parte de la melodía. En la secuencia ascendente, los
instrumentos de viento madera (sin el flautín) intervienen para subrayar
las cadencias.
En el crescendo de la coda se incorporan las trompas y, mientras el
cantante mantiene un fiato de cuatro compases, flautas, oboes,
clarinetes y flautín aprovechan para introducir un chispeante adorno
de tresillos. Finalmente, en el acorde seco que cierra tanto esta parte
como su repetición, advertimos la única intervención que hacen en
toda la pieza dos trompetas y tres trombones.

FORMA
Aria para tenor y orquesta. Aunque el aria es parte de una estructura
más amplia, la ópera, el compositor la concibe en sí misma como una
forma perfectamente cerrada.
Es uno de los números musicales que integran la ópera, como ocurre
siempre en el bel canto italiano.
El aria, a su vez, se estructura del siguiente modo:

- Una introducción orquestal consistente sólo en la primera sección de
la melodía que después cantará el tenor, de la que se suprime el
último compás al objeto de producir un efecto (quizá demasiado fácil)
de expectación.

- Canto por el tenor de la primera sección de la melodía y repetición
de la misma, con texto diferente.

- Segunda sección, consistente en una secuencia ascendente sobre una fórmula rítmica tomada del segundo compás del motivo principal.

- Una coda en crescendo que culmina con un fiato de gran lucimiento.

Todo ello se repite exactamente igual, sobre un texto distinto. Al final de la repetición, algunos cantantes aprovechan el fiato para incorporar adornos de su propia cosecha, buscando un lucimiento aún mayor de la voz.

GÉNERO
Música vocal, dramática  escénica .

PERÍODO ARTÍSTICO
Romanticismo.

CRONOLOGÍA
Mediados del siglo XIX (fecha del estreno 1851).

TÍTULO
La donna è mobile, aria del duque, del tercer acto de Rigoletto.

AUTOR Giuseppe Verdi.

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