jueves, 21 de febrero de 2013

Jazz

1. ¿Qué es el JAZZ?. Conceptos previos

El jazz es un tipo de música difícil de definir, puesto que en la mayor parte de los casos su estudio teórico se ha abordado desde los principios de la música clásica por musicólogos europeos y el jazz se resiste a ser abordado desde fuera de su propio universo.
El jazz, como muchas otras artes se explica a sí mismo, y sólo la experiencia de su audición permite comprenderlo.


2. Características.

Superposición de ritmos regulares e irregulares, con la utilización de notas a contratiempo y síncopas. Ambas consisten en una alteración del ritmo, se trata de acentuar una parte débil del compás.
La improvisación. La forma más común de los temas de jazz clásico (anterior al free jazz, años 60) es la forma canción (AABA). Cada una de las partes suele tener 8 compases. El músico de jazz al improvisar crea nuevas melodías, puede hacerlo adornando las melodías existentes o creando nuevas líneas por encima de las armonías dadas, que están en la base de toda la composición.

3. Instrumentos.

El jazz es una música de raíz africana con elementos occidentales, esto se refleja en los instrumentos que utiliza. Fundamentalmente se dividen en dos clases: los que marcan el ritmo (rítmicos) y  los que tocan la melodía (melodía).

- Rítmicos: Batería. Se empezó a utilizar muy tempranamente pero como un instrumento secundario, que acompañaba a los solistas. Pronto se convirtió en uno de los más importantes de cualquier formación.
 Contrabajo. Tocado directamente con los dedos (pizzicato). A veces se sustituía por una tuba.

- Melódicos: Piano. Utilizado ya en el ragtime, pasó al jazz como instrumento protagonista.
 Trompeta. Tuvo una importancia enorme hasta los años 40 en que fue remplazada por el saxofón. Antes de la trompeta se empleaba un instrumento parecido, la corneta.
 Saxofón. Pasó a convertirse en solista a partir de la revolución de Charlie Parker.
 Banjo. Era el instrumento más importante de la música popular norteamericana. Se utilizó hasta los años 20, luego cayó en desuso sustituido por la guitarra

4. Agrupaciones.

 Las agrupaciones instrumentales en jazz son muy variadas, pueden ir desde un instrumento solista a grandes bandas de hasta 50 músicos. Las más comunes son:

- TRIO. Formado generalmente por dos instrumentos rítmicos (batería y contrabajo) y uno melódico, que suele ser el piano o la guitarra. Esta agrupación se puso de moda a partir de los años 40 con el inicio del jazz moderno.

- CUARTETO. Es quizás la agrupación más característica, consiste en añadir a la anterior un instrumento de viento, trompeta o saxofón. En un QUINTETO habrá dos instrumentos de viento.

- BIG BAND. Las más comunes cuentan con una sección de ritmo (piano, contrabajo, batería y guitarra) y otra de viento de viento (saxofones, trompetas y trombones). La época más importante de este tipo de agrupaciones fue en los años 30 o “era swing”.

5. EVOLUCIÓN Y ESTILOS.

Estilo Nueva Orleans. 1910.

Esta ciudad fue la cuna del jazz, ya en 1913 se tuvo conciencia de que esa música, en la que se entremezclaban tantas influencias y que partía de una tradición un tanto difuminada, era una “nueva” música. Parece que todo empezó en los entierros que llevaban a cabo las bandas de la beneficencia. En la "ida" iban tristes y tocando lento, a la "vuelta" alegres y con tempos rápidos.  Hasta 1917 no existen grabaciones y es a ese estilo, primero grabado, tocado por blancos al que se conoce por dixiland. Pronto los grupos de jazz comenzaron a emigrar a otras ciudades de Estados Unidos, como Nueva York o Chicago, y en 1917, tras la clausura del barrio de Storyville, (en el que a lo largo de veinte años habían encontrado cobijo la prostitución y toda su infraestructura recreativa), esa emigración fue masiva. Éste estilo, Nueva Orleans-Dixiland presenta una música muy estructurada con papeles muy tipicos para cada miembro: el trompeta solista, grandes filigranas del clarinete, relleno y apoyo armónico del trombón y a la sección rítmica se podían encontrar el piano, el banjo o guitarra, tuba o contrabajo y batería.


CHICAGO. Década de los 20

Nueva York y Chicago en los años veinte tuvieron un gran auge económico. Las grandes ciudades industriales del norte concentraron una gran inmigración de mano de obra industrial . Multitud de negros del sur buscaron trabajo en ellos.En los primeros años veinte el jazz encontró refugio en los locales de los traficantes de alcohol. Ya en 1923 las orquestas comenzaron a grabar discos que anunciaban el jazz (a posteriori llamado “tradicional”) que tendría en Louis Armstrong a su más popular representante y posterior modelo a imitar. Armstrong, consiguió que el jazz diera un salto enorme en su evolución al imponer la expresión personal del solista frente a la improvisación colectiva entretejida que caracteriza el estilo de Nueva Orleans. Junto a ese florecimiento de los solistas, los años veinte conocerían el inicio del esplendor de las grandes orquestas, sobre todo la orquesta de Duke Ellington. Las orquestas de baile se van a transformar en las "big-band" en las que se alternan los solos improvisados con los "chorus" del resto de la orquesta. A la par que la industria musical naciente, radio y discográficas, negociaba con el nuevo estilo musical, el estilo dixiland se pasaba poco a poco de moda para dar lugar a un nuevo estilo, "el swing". En 1923 se derogó la prohibición del alcohol en Estados Unidos y este hecho, junto a los éxitos y la popularidad de formaciones de músicos blancos como Benny Goodman o Glenn Miller contribuyó a que el jazz perdiera, al menos en parte, el calificativo de música marginal.

SWING. Década de los 30

Los años de la Depresión. El crac económico de 1929 afectó gravemente a  numerosos músicos que se vieron alejados de los estudios de grabación y de los escenarios, sin embargo el público seguía reclamando espectáculos y las orquestas ya establecidas siguieron conociendo un auge imparable al que se sumaría, entre otras, la de Count Basie, considerada por muchos la mejor orquesta de jazz de todos los tiempos. De estas orquestas surgirán numerosos solistas de enorme personalidad.
Una importante consecuencia de la depresión económica americana fue el desplazamiento a Europa de muchos artistas en busca de trabajo. Aquí el panorama que encontraron fue muy diferente al que conocían, pues si en un primer momento sus actuaciones se limitaban a los salones de grandes y vetustos hoteles, que veían en el jazz un signo de modernidad, pronto pasarían a las salas de concierto arropados por una afición que veía en ellos a los padres de una nueva música. Fue el momento de la eclosión de los “hot clubs”, verdadero conciliábulos de los aficionados al jazz, a la vez que, contagiados por la presencia de graandes músicos  comenzaron a despertarse numerosas vocaciones musicales.
En la segunda mitad de los años treinta el jazz alcanzó uno de sus grandes momentos de florecimiento. Es el estilo que se conoce como “mainstream” (literalmente se traduce por corriente principal), época intermedia entre el jazz tradicional y el jazz moderno. Las orquestas seguían siendo el marco ideal para el lucimiento de los solistas y a la vez favorecieron la eclosión de nuevos talentos. Fue el momento también de la aparición de dos grandes cantantes, Billie Holiday y Ella Fitzgerald, quienes reinarán hasta nuestros días como diosas entre las voces del jazz.


BE BOP. La segunda guerra mundial. La década de los 40. "El bebop suena igual que la porra de un policía en el cráneo de un negro". Charlie Parker.

En 1941, los Estados Unidos entraron oficialmente en guerra y buena parte de los músicos de jazz se vieron obligados a vestir el uniforme militar y a colaborar con las bandas del ejército o a grabar discos destinados al esparcimiento de la tropa. En Europa tampoco se respiraban buenos aires para esa música que los nacionalsocialistas (nazis), calificaban de "degenerada", de "negros" y  prohibida. La influencia de la guerra en la vida de los músicos y sobre todo las ansias de innovación de los más jóvenes contribuirían a una profunda renovación del jazz. Toda la música de jazz estaba en manos de una industria gobernada por blancos, tanto las discográficas como los salones para espectáculos de las orquestas.
Nueva York, en el barrio de Harlem, sería la cuna de un nuevo estilo, el bebop, que tiene en Charlie Parker y Dizzy Gillespie a sus líderes indiscutibles. Entre los dos, realizaron una revolucíón melódica, rítmica y armónica del jazz. Los músicos de jazz ya no encontraban en el mundo del espectáculo el lugar adecuado para expresar su talento, simplificando las cosas, si Louis Armstrong representó en su momento la toma de conciencia del solista dentro de las formaciones del jazz, los bopper representaron una toma de conciencia mucho más amplia, se trata de volver a los orígenes buscando las raíces africanas. Había que reinterpretar y reescribir la tradición mediante la exploración de nuevas armonías, la ampliación de los registros sonoros y explotar todas las posibilidades de los ritmos y los tempos a la vez. Fué un movimiento muy intelectual, de vanguardia.
La música del bebop es muy , melodías cortadas, saltos bruscos... y sobre todo más intelectual y difícil de escuchar.
La escena del jazz de la segunda mitad de los años cuarenta era un auténtico hervidero, pues, ante el nacimiento del bebop, los representantes de la tradición trataron de revitalizar el estilo de Nueva Orleans, a la vez que la música afrocuabana, instalada en Nueva York, se adueñó de buena parte de las salas de baile.   Las orquestas fueron desapareciendo dando lugar a las formaciones características del bebop: cuartetos, quintetos, tríos...
Fue también la época del gran triunfo de las cantantes femeninas. Ella Fitzgerald, con unos recursos técnicos incomparables como el "scat", forma vocal basada en sílabas onomatopéyicas (ya utilizada por Louis Armstrong) que permite competir con la improvisación instrumental. Junto a ella destacó como gran figura del jazz vocal Billlie Holiday, con un estilo más intimista .Además de los clásicos como Armstrong, Basie o Ellington y de los modernos Parker y Gillespie, el rhythm and blues vivía un momento de esplendor. Incluso parecía que algo empezaba a cambiar en la política estadounidense, surgiendo las primeras emisoras radiofónicas destinadas al público afroamericano y desterrando etiquetas como la de "race records" que se habían destinado a esta música.


La década de los 50. Cool.

Los años cincuenta: bebop, coul y rhythm and blues. En la relativamente breve historia del jazz, apenas un siglo, los cambios se han producido siempre a caballo sobre movimientos existentes, que no han desaparecido, sino que sólo han cedido la primera página de la actualidad sin llegar a extinguirse. Lo que en principio parecían "modas" son en realidad estilos, que se han afirmado con el paso del tiempo y están obligados a convivir en el amplio espacio de la música afroameriana. Esta situación se hace patente en los años cincuenta.
Por un lado algunos músicos blancos, como Chet Baker, rehuyeron el lado más explosivo del bebop sin renunciar a los progresos que éste suponía  y adoptaron una estética más apaciguada con un toque de lirismo y emoción a la que se aplica el nombre de cool jazz .

El cool jazz, sin embargo es un movimiento amplio que abarca desde el llamado "jazz de cámara", por ser demasiado elegante según algunos, del Modern Jazz Quartet http://www.youtube.com/watch?v=6yCJ_ngSl8g  (summertime min.7).
, hasta colaboraciones irrepetibles como la Miles Davis y Gil Evans, pianista y compositor cuyos sabios arreglos, entre los mejores de la historia del jazz, crearon la atmósfera ideal para que el estilo intimista de Davis alcanzara algunas de sus puntos culminantes.
Por otra parte el bebop proseguía su evolución, enriqueciéndose día a día con nuevos hallazgos que sentarían las bases del jazz moderno.
Mientras tanto el rhythm and blues, la forma más popular de la música afroamericana, había alcanzado un desarrollo imparable. En el terreno estrictamente del jazz, algunos músicos surgidos del bebop comenzaron a cultivar el funk, impregnado de resonancias del blues y del gospell.


Los años sesenta. La "New Thing" y el soul.

En Estados Unidos los años sesenta vieron cómo los movimientos políticos y sociales afroamericanos adquirían cada vez mayor dimensión con líderes como Martin Luther King o Malcolm X, y lograban el objetivo de la consecución de los derechos civiles que hasta entonces el racismo les había negado.
En este marco apareció la primera casa discográfica dirigida por un hombre de color, (la Tamla Motown), responsable del lanzamiento de numerosas estrellas del rhythm and blues y el soul con una gran capacidad de penetración comercial.
Mientras tanto el pop británico de los Rolling Stone o Erik Clapton descubría el blues y lo divulgaba entre el público europeo a través de sus propias versiones, a menudo bastante alejadas del original, pero que sirvieron para dar a conocer a algunos de los grandes maestros del blues.
Así mientras una parte de la música afroamericana alcanzaba una dimensión como nunca se había conocido, el jazz vería el advenimiento de la “New Thing”, literalmente la “cosa nueva” o free jazz, una radical alteración de los principios musicales que habían regido anteriormente la improvisación. Músicos como Ornette Coleman http://www.youtube.com/watch?v=UrzOzgYL1-o lideraron este movimiento revolucionario de tintes reivindicativos que chocó contra el muro de la incomprensión. Promovían una música ajena al servilismo hacia el público blanco, que paradójicamente era el único que les prestaba atención, mientras el público afroamericano se decantaba hacia otros estilos. Aún hoy los coletazos del free jazz tienen más eco en Europa que en Estados Unidos
Buena parte de los músicos del free jazz, excelentes instrumentistas, fueron poco a poco abandonando este callejón sin salida que les conducía a una situación de incomprensión musical generalizada.
En resumen, el final de los años sesenta fue una época de increíble proliferación de estilos y de géneros y el aficionado al jazz disponía de un amplísimo abanico de ofertas, desde el tradicionalismo de Armstrong a la vanguardia de Charles Mingus, pasando por las orquestas de Count Basie y Duque Ellington, por las diversas formaciones de Dizzy Gillespie, el blues, el soul o el rhythm and blues.


 Los años setenta y el espíritu de fusión.

 En el mundo de la música todo había cambiado: la difusión discográfica, el tipo de conciertos, la radio, la televisión... ya nada era lo mismo, y la música, al igual que otras artes, como el cine, es también negocio. Jimi Hendrix y otros se habían aventurado en el mundo del rock con una música eléctrica de marcado acento afroamericano y habían conseguido un éxito notable. El rock, la música progresiva, el pop y otras etiquetas semejantes vendían, el jazz no podía quedarse fuera y así a algún genio se le ocurrió el concepto de “fusión”, en el que cabía un poco de todo,
Como en los años del bebop, surgirán de nuevo las polémicas y muchos consideraban a Miles Davis y a su jazz-rock o fusión fuera del jazz o todo lo más como un género menor. http://www.youtube.com/watch?v=vdGUKhI5I1k
Los años setenta verían desaparecer a algunas de las grandes figuras del jazz de todos los tiempos como Armstrong o Ellington y a muchos les faltó tiempo para augurar la defunción de toda la música del jazz. Los históricos desaparecían y los jóvenes se vendían por un puñado de dólares al todopoderoso rock. La realidad, sin embargo, fue muy diferente, la música afroamericana no había muerto, no sólo el jazz, el blues o el rhythm and blues proseguían su camino, sino que no cesaban de surgir nuevas formas y nuevos músicos, como la “salsa” neoyorkina, heredera de la tradición afrocubana de los primeros músicos latinos llegados a Nueva York e impregnada de influencias del jazz y del soul o el funk. http://www.youtube.com/watch?v=gjKFCYzqq-A
El enorme celo interpretativo de los músicos dio lugar a una espectacular evolución de los sonidos, no sólo se habían añadido nuevos instrumentos sino que también  las técnicas progresaron con gran rapidez. Los años setenta no significaron, ni mucho menos, el declive del jazz y de la música afroamericana en general, sino una nueva etapa de transición.

 Vuelta a los orígenes y nuevas perspectivas. Los años ochenta significaron en cierta manera un proceso de clarificación, Miles Davis regresó a los escenarios tras una larga ausencia rodeado de músicos jóvenes. El jazz recibía apoyo institucional: incluso en España el gobierno subvencionaba giras y conciertos, en Francia se condecoraba a los músicos y en Estados Unidos, antes de tener un presidente saxofonista, Ronald Reagan ya invitaba a Miles Davis a la Casa Blanca.
El jazz seguía siendo minoritario pero tenía un  público consolidado. Comenzaba a despuntar una nueva generación de músicos que seguía caminos diferentes, los unos tras la pista de la siempre anhelada vanguardia y los otros por el camino del regreso a los orígenes.
Los años noventa han confirmado esas numerosas corrientes dispersas. El jazz no tan solo no ha muerto sino que quizá  está más presente que nunca en la actualidad musical. El auge del rap, la recuperación del bebop, el "revival" del soul, los éxitos comerciales del funk y sus derivados, la aparición de nuevas bandas del más puro estilo Nueva Orleans, la actualidad del blues o incluso el éxito en las discotecas del "acid jazz" son síntomas de la buena salud de esta música cuando ya ronda el siglo de existencia bajo el nombre de "jazz".

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